Tiene que existir la posibilidad de que todos los seres
humanos experimenten la sensación de placer interno. Despertar, pensar y
emprender un viaje místico, mágico e irreal hacia la cima del mundo o hacía la
impenetrable vegetación de alguna selva viva. Darse cuenta que existen colores
y olores que son únicos e imposibles de describir. Un viaje para el conocimiento
interno y del entorno que pocos observamos.