Lo correcto sería cerrar los ojos, respirar profundo y
dejarse llevar por aquellas cosas que hacen vibrar cada pelo del cuerpo. Música
fuerte, aromas o simplemente meditar en un silencio absoluto. Aún soy un
convencido de la limpieza interna como único camino hacia una prosperidad
infinita. Metafóricamente hablo de resetear nuestros sistemas tantas veces
fuese necesario. De esa manera se podría conciliar procesos de ajustes un tanto
complicado y fuera de toda lógica humana. Estimados Señores; esto no es
religión ni mucho menos la panacea.
Mírame, contémplame y date la
vuelta.