Los dos cuatros

Hace dos semanas, el recorrido de la micros del Transantiago utilizaba el cuatro del lado izquierdo, pero ahora utiliza el cuatro del lado derecho.

Switch

Vida utópica, irrelevante pero afanosa. Delicadezas que hacen que todo sea perfecto y natural. Enigmas y secretos de la vida hacen que esto no fluya de forma continua. Metas contemporáneas que solo causan envidia, desesperación y sobre todo, amargura por vivir. Metamorfosis en mi quehacer es lo que necesito y creo ciertamente, que todos aspiramos a eso.

Mi camino

Las cosas son y van así porque alguien lo quiere así. Creo en un ser poderoso que me controla, que me guía y me ayuda. Ya sea para bien o para mal, él lo hace. Durante 19 años, me he dado cuenta que no estoy hecho para seguir masas, ni mucho menos para dirigirlas. Aquel ser poderoso, me ha puesto en un camino distinto, que a menudo no lo comprendo y que me cuesta aceptarlo. Es un camino distinto, de altos y bajos, de tierra y de asfalto a la vez.

El fin de mi camino, se divisa a lo lejos, está allí. Vamos que se puede; tengo que cumplir las metas propuestas. Alguien me dijo hace poco:

- “... eres una gran persona que logrará sus objetivos con el esfuerzo que se necesita...”

Pucha que es verdad; ese es el camino del que les hablo.

Sí, pero no.

Creo que alguna vez me lo dijeron y simplemente no lo tomé en cuenta porque creí que faltaban muchos años aún. Pero ahora, estoy en aquella etapa de la que me hablaron y de verdad era como me la mencionaron alguna vez. Son explosiones de emociones y sentimientos, yo diría bipolaridad extrema . Un día andas muy mal porque te sacaste un cero o muy alegre porque te sacaste un cien. Son cosas que pasan día a día, y claro, no soy el único en la Tierra que pasa por esto. Ya habrá tiempo de mirar hacia atrás y sonreír de uno mismo. Por ahora, me debo ir lento, paso a paso, dando lo mejor de mí.

- Don Hugo Saavedra... Ud. luchó y se esforzó mucho para entrar a la universidad... y ahora que está dentro... ¿Le gusta ser universitario?

- Sí, pero no.

Terremoto

Me había acostado temprano porque en la mañana me iba a la playa. Estaba en mi dulce sueño cuando, de un salto, despierto con la voz de mi madre que me decía: ¡Hugo levántate terremoto! Y en dos tiempos ya estaba bajando la escalera y llegando al patio de mi casa junto a mi familia en tiempo record.

Creo que no sentí realmente la fuerza de la naturaleza, porque todo fue tan rápido y estaba medio dormido. Menos mal que no pasó nada en mi familia ni en mi casa; pero si en mi blog. Si se dan cuenta los “monitos” de mi banner (ya no está ese banner con monitos) se cayeron. Pero están sanos y a salvo.