Tengo ese sentimiento entrecruzado, que cada cierto ciclo de tiempo terrestre, me ataca y con escándalo. Leo y leo, no sé qué pasa, pero tengo (y siento) la necesidad de leer sobre Él. Su vida; su larga y épica vida. Sus escritos, sus manuscritos, sus dibujos, sus artefactos y por sobre todo, su paso y estadía por aquel lugar místico (y con mucha historia) que tuve el privilegio de conocer a fondo y “a concho”. Recuerdo con nostalgia y veo el presente con melancolía, mucha. Ya no es lo mismo; viví y alimenté la última de la “Gran etapa de oro”, más bien, de aluminio. Traté de colaborar como pude y creo que todo esfuerzo que hice, no fue en vano. Tradición, historia, personajes, cultura, no-cultura, música, poesía y obviamente antipoesía. ¡Qué ganas de tener los recursos y los contactos, para hacer tangible ese proyecto que tengo en mente desde hace años! Tengo miedo de que, cuando pueda (hacer el proyecto), ya sea demasiado tarde.
¡Woow! ¡Qué manera de desviarme del tema! Creo que es algo que me está quitando el sueño, algo que no me deja dormir y tengo las ganas (muchas ganas) de concretarlo ahora, ni un minuto más, ni un minuto menos.