22 jun 2009

El Ratón enamorado

Esta es la historia de un ratoncito muy chiquitito, pero feliz y tranquilo. Sin embargo, había algo que lo hacia especial respecto a los demás ratones. Resulta que el ratoncito estaba muy enamorado de una jirafa. ¿Cómo? ¿De una jirafa? Sí, así es. El pobre ratoncito estaba tan enamorado de aquella jirafa que daría todo por estar con ella. Pero la jirafa tenia fama de vanidosa y engreída. Un día, el pequeño ratón se armó de valor y fue a la casa de su amada y se declaró ante ella. En un principio la jirafa quedó atónita, pero luego comenzó a reírse a carcajadas con lo que había dicho el ratoncito. El pobre se sintió muy mal y cabizbajo volvió a su casa. Al día siguiente la jirafa le pidió disculpas por su reacción y le confesó que se sentía muy atraída por él y que quería empezar una relación. El ratón aceptó de inmediato y fueron felices por un par de semanas. Pero poco a poco se dejaron de ver y de hablar, porque no había tiempo. Pero aún así el ratoncito la amaba mucho y siempre se lo decía; al contrario de la jirafa, que ya no era la misma y solo se dejaba amar. Después de meses de permanecer así, el ratoncito, con mucha pena y dolor, se dio cuenta que aquella relación no tenía futuro y que en ningún momento lo tuvo; porque era dos animales muy distintos. Y fue así como el enamorado ratoncito y la engreída jirafa se dejaron de ver y hablar para siempre.

Moraleja: “Si sabes que la persona que roba tus miradas es muy distinta a ti… olvídala, aunque te cueste años hacerlo”.