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La PSU, el SIMCE, los rankings de calidad, de universidades y de sueldos...
sólo sirven para ver quién tiene la corneta más larga.

Lo vi, lo pensé y lo escribí

De vez en cuando recuerdo tardes con sol y viento fresco. Aquella sensación de tranquilidad y armonía que sólo se veía alterada por algún sonido de la ciudad. Supongo que en ese momento esperaba y soñaba muchas cosas, que ahora más grande, sé que nunca ocurrirán. Hubo un período en que juraba de guata que dichos deseos se cumplirían, pero no ocurrió.

A veces me cuestiono mil veces las decisiones que tomo, pero hasta el momento no me ha ocurrido nada grave, por lo que infiero que no han sido malas resoluciones. Tal vez en el momento uno sufre, pero luego dicha sensación se diluye lentamente hasta desaparecer.

Me considero una persona persistente en todo lo que hago, y por sobre todo, un persona que nunca querrá hacerle daño a otra; por el contrario, siempre trataré de ayudar y desear lo mejor para todos. Sin embargo, hay ciertos temas en los cuales no puedo, no me nace ser una buena persona. No quiero decir que haga daño, sino que me comporto de manera neutral, o sea, “no te deseo bien, pero tampoco te deseo mal”.